sábado, 28 de julio de 2012
san salvador de gudiza
Ayer dije que me puse por meta llegar hasta Benavente. Quizá te preguntes por qué esta ciudad y no otra. Desde el principio no he tenido claro si acabar mi peregrinación por el camino francés que es el más usual y masificado, o hacerlo por el senabrés, menos conocido y frecuentado.Hasta ayer seguía teniendo esa duda, pero una repentina inspiración hizo que me decantara por este último y, a pesar de haber hecho una etapa de más hacia Astorga (punto de enlace con el camino Frances y el del sureste), esta mañana rectifiqué y me puse en camino hacia Santiago por el camino senabrés. No me arrepiento en absoluto. Nada más comenzar, todo es diferente: Me he cruzado con más de una docena de peregrinos, los paisajes son impresionantes, las indicaciones están por todos lados, todos los pueblos disponen de albergues (no me refiero a polideportivos o centros parroquiales y culturales, sino a auténticos albergues). Esta mañana tuve que ponerme el forro polar y no me lo he quitado hasta las 10, y en San Salvador de Palazuelos, que es donde estoy, hace un frio que pela, de hecho, son las 8 y media de la tarde y me he tenido que poner manga larga. ¡Menos mal que me traje el saco de dormir!
Siceramente, acabo de encontrar la verdadera esencia del camino, y lo he hecho cuando he llegado a un pequeño pueblo de 20 habitantes cerca de Puebla de Sanabria en el que no hay tiendas, bares ni por supuesto internet (el próximo día subiré esta crónica, hoy no puedo). En una casa me han podido dar un poco de pan y con algunas latas que llevo en la mochila he podido comer y supongo que también tendré que cenar. En cualquier caso, creo que este contratiempo no tiene mayor importancia cuando he podido ver inmensos bosques de encinas, ciervos cruzando delante de mí por el camino, gigantescos bosques de olmos alrededor de innumerables ríos y gentes de lugares muy diferentes con un mismo objetivo: Llegar a Santiago. A partir de ahora me doy cuenta que no se trata de ir acabando etapas, sino de vivir el camino jornada tras jornada. Hoy por fin, quiero compartir contigo un texto que encontré en un libro sobre la ruta del sureste y que tenía guardado hasta que el momento lo pidiera. Dice así: "Peregrinar es liberación, búsqueda. Se busca la paz al vivir en soledad y en contacto con la naturaleza. Se encuentra la huella histórica que miles de hombres y mujeres dejaron a su paso en el arte, costumbres y hermosas leyendas...
Peregrinar es encuentro con uno mismo, con lo que eres, con lo que quieres ser, con tus valores y limitaciones, con tus debilidades. Hay encuentro con otras gentes, culturas y también con Dios.
Hay a diario una invitación a formularse una serie de preguntas sobre la propia existencia y un intento de encontrar también las respuestas. Tu cuerpo puede quedar roto, pero el espíritu más vivo. Al final del camino, purificado, puedes ser otra persona."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ser peregrino significa vivir la vida, no dejar que otros me la vivan. Ser peregrino requiere ser distinto, para poder traer a los demás un mensaje distinto. El peregrino no se puede adaptar a ningún lugar, porque entonces dejaría de serlo.
ResponderEliminar¿Has sentido alguna vez que te gustaría volar, que te gustaría transformar lo que hay dentro de ti y lo que hay fuera, has sentido que lo que vives no te basta? Quizá hay Alguien que te está invitando a vivir de un modo nuevo:
como Peregrino.
Que razón tenéis con estos comentarios sobre el Peregrino, creo que solo aquel que ha realizado el Camino siente y vive estos valores tan importantes que nos hacen más persona y humanos.
ResponderEliminarBuen Camino compañero.