Ya lo dije ayer. "la que me espera hoy". Ya en el mismo Barracos era cuesta arriba. Menos mal que decidí no continuar, porque seguro que no hubiera llegado. Como digo, empecé a subir en el km cero y no paré (no paré significa que no había ni siquiera un llano. Todo cuesta arriba) hasta que coroné el puerto. Una hora para hacer 8 km. En condiciones normales no hubiera sido tan duro, pero arrastrando un "peazo" remolque y después de 8 jornadas sin parar, se me ha hecho durísimo.
Evidentemente, la bajada ha sido de expectáculo (18 km en 45minutos) y por fin en Ávila. Me hubiera gustado entretenerme más en esta ciudad tan característica, pero era muy tarde ya y sólo me ha dado tiempo de entrar por una puerta, hacer unas fotos, y salir por otra.
Afortunadamente el asfalto ya se ha acabado y vuelvo a rodar por pistas de tierra. La verdad es que el paisaje es muy bonito y recorrer la inmensa meseta castellano-leonesa es un placer pues la temperatura es calurosa pero el aire es fresco y el cielo es extraordinariamente azul. Un placer para los sentidos.
Por fin he llegado a un pueblecito de 80 habitantes que, a pesar de ser pequeño, tiene un albergue de peregrinos que me ha dejado sin habla: cocina con lavadora, encimera y nevera, 3 cuartos de baño, 2 dormitorios con literas, patio interior, etc. Una pasada!! y todo ello por "la voluntad" Encima es una casa muy antigua ( la casa del maestro) que han restaurado y, como han dejado las paredes originales que son de piedra y adobe, se está más fresco que si tuviera aire acondicionado.
He comido en el bar del pueblo y me han ofrecido el WiFi para escribir esta crónica como cada día. ¡Por cierto! en el ayuntamiento hay una placa que indica que quedan 500 km hasta Santiago y yo he recorrido casi 570 ¡no sé, no sé...!
Recordaros que actualizo con frecuencia el album A Santiago desde Elda álbum
Un abrazo a todos y un beso a todas ;-)
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